Hoy Día del Libro, de Sant Jordi, de confinamiento… vuelvo a escribir en mi blog después de tanto tiempo.
Este día lo solía celebrar mucho en mis clases de la UNECA. Nos gustaba mucho a mis estudiantes adultos y a mí. Hablábamos de libros favoritos, de los que queríamos leer, de los que habíamos releído… Descubrí a un montón de títulos y escritores africanos que ahora me encantan.
Hoy me he levantado pensando en los libros que me acompañan desde que empecé con el programa de Bachillerato Internacional (IB). Este es mi séptimo curso impartiendo las asignaturas de “Lengua A: Lengua y Literatura”, “Lengua A: Literatura” (Lengua A es español como lengua materna) y “Lengua B” (español como L2 y lengua extranjera, en la que los estudiantes de Nivel Superior también leen dos obras literarias). Los llevas a la clase para leer, explicar, analizar, cuestionar… Los relees cada año para recordarlos y cada vez los disfrutas más. Libros elegidos de las listas de escritores prescritos (PLA) y escritores traducidos (PLT). Libros que el programa establece. Libros clásicos, canónicos de alguna manera. Selecciones que, en en caso de Literatura A, obedecen a ciertos criterios: diferentes países, periodos y géneros.
A veces los estudiantes, de 16 a 18 años, incluso sus padres, se preguntan por qué esos libros. Cada año me enamoro más y más de ellos. Cada vez que los vuelves a leer, te fijas en algo a lo que no prestaste atención el año anterior. Siempre hay un alumno/a que te hace una pregunta y te hace pensar en algo que nunca te habías planteado. A veces son cuestiones lingüísticas, a veces literarias, incluso filosóficas. Estoy convencida de que si no fuesen “estas obras” tendrían mucho menos que preguntar en sus clases, menos que decir en sus comentarios orales individuales (prueba oral) o en sus exámenes escritos. Porque hay muchos libros que son más entretenidos que estos, también más superficiales, y, después de leerlos, no hay mucho que comentar.
Pedro Páramo, El Túnel… les resultan difíciles, tediosos. A mí también. Libros que, además, comparamos con sus respectivas películas de los años 50 y 60. Algunos estudiantes ven una película en blanco y negro por primera vez, otros tienen dudas existenciales, hacen conexiones a su asignatura de Teoría del Conocimiento (TOK), les repugnan la obsesión por María de Juan Pablo Castel y el caciquismo de Páramo. Siempre surgen muchos porqués…
Sor Juana les resulta chocante y difícil en un primer momento. Luego piensan que todos sus poemas se parecen, los ven fáciles y “tontos”. Celio, Silvio, Alcino, Fabio… el amor: “la sal del gusto el ser querida, que daña lo que falta y lo que sobra”. Los altares a sor Juana el Día de los Muertos, los cómics de su biografía, las películas sobre su vida, las entrevistas ficticias, algunos documentales, sus cartas y otras actividades… les hacen entender a Sor Juana, a la monja y a la mujer, sus juegos y artificios lingüísticos, una época histórica de México.
Luego están mis propios libros favoritos, en los que seguro algo de pasión transmito. Los traducidos de Cotzee y Wa Thiongo, que les llevan a reflexionar sobre su africanidad, a identificarse con la luchadora Wariinga y a comprender al solitario e íntegro Michael K, tan vulnerable y tan él. Con los personajes de los cuentos de Josefina Aldecoa y el teatro de Paloma Pedrero se ven más reflejados. Hablamos de la soledad que atrapa a muchas personas de nuestro tiempo, de feminismo, de diferentes tipos de violencia … Y en estas conversaciones nos vamos conociendo, me conocen y yo les conozco como las personas estupendas que son y serán: solidarios, de mentalidad abierta, indagadores… lectores críticos.
¡Qué suerte tengo de ser profesora de lengua y literatura!


Una respuesta a “Literatura en Bachillerato Internacional”
¡Y que suerte haberte tenido a ti de profesora!