Tres datos para contextualizar:
- Etiopía es un país de 110 millones de habitantes (el segundo más poblado de África), con más de 80 grupos étnicos. A excepción de un periodo de cinco años de ocupación italiana, Etiopía fue el único país africano que no fue colonizado por los europeos. La moderna Etiopía se forma con el Emperador Menelik II a finales del siglo XIX y principios del XX, con la conquista de numerosos reinos independientes. Puedes leer ahora en castellano, El rey en la sombra de Maaza Mengiste (traducción del inglés de Inés Clavero y Montse Meneses Vilar).
- La presa hidroeléctrica del Renacimiento, la mayor en África, levantada sobre el Nilo Azul, que proporciona el 86% del caudal del río Nilo, en un embalse de 247 kilómetros cuadrados con capacidad para contener 70.000 millones de metros cúbicos de agua con el objetivo de generar unos 6.000 megavatios de electricidad, imprescindibles para el desarrollo de la industrialización etíope. Por otro lado, Egipto, cuyas reservas hídricas dependen del Nilo en un 98%, teme que el gran embalse merme su recurso principal. El pacto colonial de 1956 repartía el agua entre Egipto y Sudán, pero no incluía a Etiopía. Aquí te lo explican muy bien.
- Etiopía ha sido un firme aliado de Occidente para tratar de frenar la violencia yihadista en el Cuerno de África, principalmente la ejercida por la milicia somalí Al Shabab.
Dos siglas para recordar antes de empezar: TPLF (Tigrayan People’s Liberation Front), contra quienes lucha el gobierno etíope liderado por Abiy Ahmed o Abiy (en Etiopía se usa el nombre de pila con respeto) y EPRDF (Ethiopian People’s Revolutionary Democratic Front), la coalición a la que antes pertenecía el TPLF, ahora reconvertida en Partido de la Prosperidad de Abiy.
Después de un año leyendo noticias en la prensa internacional y etíope sobre el conflicto en Tigray, me decido a escribir este texto. Solo un artículo reciente, el de Iñaki Alegría, transmite la normalidad y positivismo con el que se vive en la capital del país (y ya sé que no estamos igual en toda Etiopía). He dudado mucho sobre si publicarlo, ya que este blog solo contiene aspectos que admiro de la cultura etíope (también sé que todo no es de color de rosa). El detonante para escribir lo puso mi amigo Hari cuando me mandó este artículo totalmente partidista publicado en India Times (tampoco es el primero que leía en ese estilo) y las muchas preguntas de mis amigos estas vacaciones navideñas en Dénia y Valencia. Por cierto, el artículo se titula casi igual que este de José Naranjo publicado en El País, el único medio que ha dado una cobertura al conflicto, aunque no comparto sus titulares catastrofistas (quizás un poco más sus análisis).
Considero que estamos viviendo en Adís Abeba un momento histórico de patriotismo y unidad, hasta diría que de optimismo panafricanista. Estos días están llegando para celebrar la Navidad y Timket (Epifanía, 19 de enero) un millón de etíopes de la diáspora convocados por el Primer Ministro, trayendo medicinas y equipos quirúrgicos de todas partes del mundo a petición de la Ministra de Salud. El aeropuerto estaba a rebosar, con cola para las donaciones, con abrazos de celebración (cada donante es obsequiado con un diploma de gratitud), música tradicional de bienvenida, ceremonias del café por doquier y hasta un gran árbol de Navidad. La ciudad recupera sus mercados navideños, los cafés y restaurantes-carnicería están a rebosar y Adís está adornada, más que nunca, con banderitas y otro tipo de parafernalia. Hay sensación de victoria, aunque también de alerta (“a ver qué van a hacer estos del TPLF en cuanto puedan”), de orgullo (“los etíopes no hemos sido colonizados y los americanos y europeos no tienen nada que decir en la política africana, basta ya”) y hoy de estupefacción ante la liberación ayer de algunos presos políticos. Las pegatinas de #NoMore decoran coches privados, taxis y cafés acompañando a las típicas del Che Guevara, Teddy Afro o Menelik II y la periodista Hermela Aregawi ha sido recibida como una gran embajadora etíope, capaz de poner freno a las noticias que se estaban difundiendo en los medios internacionales.
¿Qué es #NoMore?
Igual que #MeToo, el hashtag para denunciar comportamientos machistas, #NoMore nace como un movimiento antiguerra. Lo organizó inicialmente Horn of Africa Hub y, en un principio, era una campaña pacifista de activistas etíopes y eritreos liderados por la periodista Hermela Aregawi (@HermelaTV, nacida en EE.UU con orígenes tigray). Su objetivo principal era una oposición a la campaña de desinformación de los medios occidentales, ahora también en contra las intervenciones militares en (el Cuerno de) África.
Hoy #NoMore está recibiendo el apoyo de los africanos de todo el mundo, propone reformas democráticas no violentas en el continente y recuperar el control de su economía, política y cultura. También ha recibido el apoyo de Answer Coalition y Black Alliance for Peace (BAP), que han destacado las conexiones del TPLF con la administración estadounidense y la CIA para mantener los intereses occidentales en el Cuerno de África.
Hermela trabajó para CBS y Al Jazeera y, aunque en un principio reportó el conflicto como un asunto étnico, pronto se dio cuenta de la manipulación de noticias y desinformación. Aunque el TPLF empezó este conflicto atacando varias bases militares y matando a varios oficiales no tigray (lo siento, lo de “tigreyano” me suena fatal, mantengo el nombre de la región como gentilicio escrito en minúscula), los medios de comunicación solo resaltaban que Abiy Ahmed, después de haber recibido el Premio Nobel (retahíla que acompaña a su nombre en casi todas las publicaciones), había poco menos que empezado este conflicto y únicamente parecían resaltar las atrocidades cometidas por el ejército etíope y eritreo (muchas no probadas). Luego llegó el embargo por parte de la administración de Biden. Hermela creó su propio canal de Youtube y empezó a analizar la información de una manera menos sesgada. Hoy es una heroína en Etiopía, seguida por millones de personas. Pero hay más, NoMore ha dejado de ser un hashtag «trending» y se ha convertido en un movimiento de los africanos que busca la independencia de los medios de comunicación. Ya ha habido manifestaciones masivas en varios lugares de EEUU, Europa, Canadá y Sudáfrica apoyando el movimiento y que piden a los EEUU que frene el neocolonialismo, que Etiopía no se convierta en la nueva Libia, Siria o Irak. Mañana domingo 9 de enero estaba programada en Addis y el evento prometía, pero acaba de ser cancelada ante los recientes acontecimientos (ver punto 22).
Nadie niega que la situación sea trágica en Etiopía y que este sea un conflicto que no debería haber ocurrido nunca. Miles de inocentes muertos y desplazados (unos dos millones) y una crisis humanitaria con más de 9,5 millones de etíopes necesitados de ayuda, según la ONU (tres millones en Tigray, tres y medio en Amhara y medio millón, en Afar). Tigray ha sido parte integral de la historia y cultura etíopes y va a ser difícil que todas las regiones vuelvan a convivir en paz. También será complicado recuperar la armonía entre los mismos tigray, puesto que los que se han negado a colaborar con el TPLF han sido retenidos como rehenes. Algunos soldados capturados por el ejército en noviembre de 2021 que luchaban con el TPLF no sabían dónde estaban y pensaban que serían ricos cuando termine la guerra.
Según un informe de Ethiopian Human Rights Commission (EHRC) y la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU (OHCHR), incluyendo Tegrayan Special Forces, las atrocidades se han cometido por ambos lados. De hecho, la primera masacre (según el informe de Amnistía Internacional y de EHRC) fue cometida brutalmente por el grupo de jóvenes afines al TPLF en la ciudad de Mai Kadra (9 de noviembre de 2020) con más de 200 víctimas civiles amharas, la última ejecución masiva del TPLF ha sido de cien jóvenes en Kombolcha. Sin embargo, la que se aireó en la prensa internacional fue la cometida en Aksum por las fuerzas eritreas el 28 de noviembre de 2020.
Abiy Ahmed llegó al puesto de primer ministro en Etiopía en 2018 con varias ideas reformistas. Los dirigentes del TPLF, que de facto controlaban la coalición gobernante en este país (EPRDF) durante dos décadas, sintieron su poder amenazado a medida que se iban viendo desplazados en el nuevo escenario político. El conflicto fue subiendo de tono hasta que en 2020, el TPLF organizó unas elecciones regionales que Adís Abeba había prohibido con motivo de la pandemia de COVID. En noviembre, Ahmed acusó a los dirigentes de Tigray de haber ordenado el ataque contra bases militares en Tigray, lo que provocó una declaración de guerra por parte del primer ministro etíope y el comienzo oficial de la guerra.
¿Se trata de una guerra civil?
No exactamente. No es la población civil luchando contra la población civil. De hecho si le preguntas a la gente, la mayoría te va a decir que los habitantes de Tigray son tan etíopes como los de Amhara, Oromia o Wolayta. La mayoría hasta considera a los eritreos sus hermanos etíopes. Esto es una lucha contra el TPLF elitista y autoritario que no acepta su derrota y lleva sometiendo a los mismos tigray más de dos décadas.
¿Por qué hablamos de conflicto étnico y no de lucha de poder?
Como dice Ngugi wa Thiong’o en Descolonizar la mente (traducción de Marta Sofía López), “el estudio de las realidades africanas se ha llevado en términos de tribus durante demasiado tiempo. Cualquier cosa que ocurra en Kenia, en Uganda o en Malaui es porque la tribu A está enfrentada con la tribu B. Cualquier conflicto que estalle en Zaire, en Nigeria, en Liberia o en Zambia se debe a la enemistad tradicional entre la tribu C y la tribu D. Una variación de la misma interpretación banal es musulmanes frente a cristianos, o católicos frente a protestantes, allí donde no es tan sencillo dividir a la gente en tribus. (…) Son incapaces de ver los orígenes coloniales de estrategia de “divide y vencerás” que sirve para explicar las diferencias de perspectiva intelectual o cualquier conflicto político en términos de orígenes étnicos de los actores”. El historiador etiogermano Asfa-Wossen Asserate reflexiona en el epílogo de King of Kings: The Triumph and Tragedy of Emperor Haile Selassie I of Ethiopia sobre la gestión del TPLF en el gobierno y los acusa de haber dividido Etiopía en regiones y líneas étnicas (este “divide y vencerás” tan colonial del que habla Ngugi): una “federación étnica que se parece al régimen del apartheid sudafricano y que nada tiene que ver con los estados federales de EE.UU o Alemania”. Por eso me produce estupor ver que Gonzalo Fanjul (24/12/21) califique a Abiy Ahmed como el número uno en su lista de los peores villanos de 2021, “el matón más belicoso por su uso impenitente de los argumentos identitarios”. Precisamente él, que defiende la unidad de una Etiopía y una África diversas. A lo mejor estamos equivocados, pero aquí (hasta hoy) en Addis todavía nos creemos a Abiy.
¿Quién es el TPLF (Tigrayan People’s Liberation Front)?
Es una organización de pseudo izquierdas basada en la supremacía étnica que se hizo con el poder en 1991. En los 80 mantuvo, con la ayuda de EE.UU, una lucha de poder contra el DERG hasta derrocarlo. Durante el conflicto murieron más de diez mil personas en Tigray y la región sufrió una gran hambruna. Se les acusa de desviar fondos de ayuda humanitaria occidentales para sufragar su exitosa campaña bélica. Una vez en el poder crearon un sistema étnico y jugaron al “divide y vencerás” manteniéndose en el gobierno durante casi treinta años (1991-2018), en los que creció fuertemente la deuda exterior de Etiopía. En 2016-2108 empezaron en todo el país las protestas pacíficas en su contra que llevaron a Abiy al poder. La tensión llegó a su clímax cuando Abiy fragmentó el EPRDF en favor de un nuevo partido, Prosperity Party, del que el TPLF no quiso formar parte. Hubo varios intentos de un acercamiento que no dieron su fruto. La situación se volvió irreversible cuando el TPLF convocó sus propias elecciones en septiembre de 2020 desafiando al gobierno federal y a la Junta Electoral (National Election Board), que se había visto obligada a posponerlas por la pandemia (como ha pasado en otros países). El TPLF tiene el apoyo mayoritario en su región Tigray, a pesar de haber favorecido siempre a una élite millonaria. Desde 2020 empezaron a usar el hashtag “Tigray Genocide”, incluso antes de que el gobierno etíope respondiera a su insurrección.
Si te apetece ampliar aquí te dejo un poco de bibliografía (por orden cronológico, no alfabético): Jeff Pearce “How Western Media is Failing Ethiopia” (31/08/20); Bahru Zewde “The age of disinformation: what exactly is happening in Ethiopia?” (12/11/21); Teshome Borago, “Ethiopia: What is the African #NoMore movement about?” (21/11/21); Jon Abbink “The Ethiopia Conflict in International Relations and Global Media Discourse” 21/11/21; Graham Peebles “Ethiopia: Historic Battle for the Mother of Africa” (17/12/21); Jeff Pearce “Ethiopia: The West’s Diplomats Meet in Secret to Decide How to Help the TPLF” (24/11/21).
A continuación incluyo una cronología de los hechos y al final puedes leer la opinión de algunos de mis amigos etíopes. Si no te interesan demasiado los detalles políticos, te puedes saltar esta parte e ir directamente a su visión personal.
Cronología de los hechos (más o menos para que no te pierdas, tampoco soy historiadora)
2016
1. A lo mejor te suena Feyisa Lilesa, un atleta etíope que obtuvo la medalla de plata en el maratón de la Olimpiadas de Río de Janeiro y que alzó sus brazos en forma de cruz al llegar a la meta para denunciar, ante millones de telespectadores, la causa de los oromo. Por entonces ya se estaban calentando los motores.
2018
2. El primer ministro de Etiopía, Hailemariam Desalegn (en el cargo entre 2012 y 2018) que reemplazó a Meles Zenawi (en el cargo entre 1995 y 2012) tras su muerte, dimite de su cargo como presidente de la coalición gobernante, el Frente Democrático Revolucionario Etíope (EPRDF, en sus siglas en inglés) tras varios meses de protestas masivas en las regiones de Oromia y Amhara. Las dos comunidades, que representan casi el 35% y el 27% de la población etíope respectivamente, acumulan reivindicaciones históricas muy similares: aunque producen más del 70% de los productos agrícolas y ganaderos del país, su desarrollo económico (con un crecimiento anual del PIB en torno al 10% en los últimos años) no las beneficia. En España también sabemos de estos temas. Las protestas se desencadenan a raíz de la aprobación de un plan urbanístico para ampliar la capital del país, Adís Abeba, que está rodeada por los cuatro costados de la región de Oromia (algo así como Madrid entre las dos Castillas). Esto implicaba la expropiación de tierras agrícolas. Entonces el EPRDF pensó en un oromo para reemplazar a Hailemariam Desalegn y suavizar el tenso ambiente político (como en otras partes, no se estila eso de hacer primarias).
3. Abiy Ahmed, teniente coronel del ejército, llega al poder el 2 de abril de 2018. Se aprecia su diversidad (padre musulmán y madre ortodoxa), y el hecho que domina tres lenguas etíopes (amariña, tigriña y oromifa), además del inglés. En 2008 fue uno de los fundadores de la Agencia Nacional de Inteligencia, que dirigió durante dos años. Además de su carrera militar, es miembro del Partido Democrático Oromo y diputado de la coalición gobernante en 2010, ministro de Ciencia y Tecnología en 2015. Sus propuestas: liberalización y apertura de la economía (privatización de la compañía aérea Ethiopian Airlines, por ejemplo). En su libro Medemer, que en amariña significa “Unidad”, explica su idea de construir una Etiopía moderna basada en los ciudadanos y no en la pertenencia étnica, su objetivo principal es poner fin al federalismo étnico que había imperado desde la caída del régimen comunista de Mengistu (1991). Es recibido en todas partes como un reformista sincero y su mensaje resulta esperanzador. Todo el mundo quiere a Abiy: su imagen se vuelve popular en dos días (camisetas, pegatinas en los coches…), una bocanada de aire fresco.
4. Apenas tres meses después de su llegada al gobierno, le lanzan una granada que explota a menos de 20 metros, aunque no le causó ningún daño. Fue sólo el primer aviso. Después (junio de 2020) sobrevive a un intento de golpe de Estado en el que mueren el jefe del Estado Mayor de Defensa y el presidente de Amhara. Las investigaciones señalaron a sectores del Ejército y las fuerzas de seguridad que no aceptaban las emergentes libertades políticas y económicas o la detención de altos cargos militares vinculados a abusos de derechos humanos durante los gobiernos anteriores.
5. En julio de 2018, apenas tres meses después de su llegada al gobierno, Abiy acepta el acuerdo de fronteras y firma la paz con Eritrea, un conflicto enquistado por más de dos décadas (desde 1998) y que provocó en solo dos años unos 80.000 muertos.
2019
6. El 10 de diciembre de 2019, Abiy Ahmed recibe el Premio Nobel de la Paz, tiene 43 años. Destacan su gran labor como mediador regional tras impulsar la transición democrática en Sudán y la reconciliación en Sudán del Sur. Además alaban la liberación de cientos de presos políticos, el retorno de los exiliados y haber finalizado el estado de emergencia en Etiopía. La prensa internacional lo presenta entonces como un héroe africano. Además nombra un gobierno paritario y promueve a Sahle-Work Zewde como la única mujer jefa de Estado en África. En su discurso en Oslo recuerda los tiempos en que fue un joven soldado en el conflicto contra Eritrea y dedica su premio a Etiopía y a África. Si miras las fotos de entonces y ahora verás que en esos tiempos lo sacaban guapo y sonriente.
7. En diciembre de 2019 los distintos partidos que formaban el EPRDF, que había gobernado durante 30 años, decidieron formar parte del nuevo Partido de la Prosperidad (PP), creado por Abiy Ahmed. Sin embargo, el TPLF no se unió a esta iniciativa.
2020
8. Abiy se encuentra con una economía devastada por la inestabilidad política, la pandemia y su impacto en la agricultura (por ejemplo, hubo una plaga de langostas). Además de tener que apaciguar las tensiones internas y organizar las elecciones legislativas (previstas para agosto de 2020), empiezan a surgir las primeras voces críticas dentro de su mismo partido oromo, que sentía que, tras haber llegado al poder, Abiy no estaba haciendo lo suficiente. Abiy empieza a gestionar las primeras decepciones de su propia gente, que no entiende su proyecto de unidad desde la ciudadanía y los derechos. (Visión simplista del asunto: antes mangoneban los tigray, ahora nos toca mangonear a los oromo).
9. La violencia se dispara tras el asesinato de Haacaaluu Hundeessaa (29/06/20), un músico oromo que ya había recibido amenazas de muerte y cuyas canciones se convirtieron en el himno de las protestas de 2018 que derribaron el anterior Gobierno. Su muerte desató una ola de protestas violentas en Adís Abeba por parte de los kero (una suerte de kale borroka), varios grupos de jóvenes salen a la calle quemando neumáticos y provocando el caos urbano. En los días previos al festival Irreechaa (festival oromo que festeja el fin de la estación de lluvias y la llegada de la primavera) se incautan numerosas armas y granadas de mano en Adis Abeba y en la ciudad de Bishoftu. Jawar Mohammed, líder oromo propietario de importantes medios de comunicación, antes principal aliado de Abiy, pasa a ser uno de sus más importantes detractores. Es acusado de incitar el odio y la violencia y encarcelado. A Abiy le crecen los enanos.
10. Mientras se expandía el conflicto oromo, la región de Tigray, en el norte del país (con unos 5,2 millones de habitantes, un 6% de la población), decide actuar por su cuenta, acusan a Abiy de volverse autoritario y del aplazamiento de las elecciones por la pandemia. El 9 de septiembre de 2020 desafían al gobierno central y celebran unas elecciones regionales que Adís Abeba había decidido aplazar debido a la covid-19. De esta manera, el TPLF (vencedor de las elecciones de Tigray con el 98.2% de los votos y 152 de 152 escaños) no concede legitimidad al Gobierno y al Parlamento federal (central), al considerar que su mandato había expirado. Adís Abeba, por su parte, tampoco reconoce al Ejecutivo regional del TPLF porque los comicios no habían sido autorizados por ellos.
11. En un asalto bien planeado en la noche del 3 de noviembre de 2020 el TPLF masacra a más de mil federales que no eran de su etnia para robar equipo militar. El 4 de noviembre de 2020 empieza la ofensiva militar contra el TPLF y Abiy declara el estado de emergencia por 6 meses en Tigray. También acusa al TPLF de llevar tiempo preparando milicias. El cometido es “restablecer el Estado de derecho y el orden constitucional y proteger los derechos de los etíopes a vivir en paz en cualquier parte del país”. Una fuerte movilización de tropas gubernamentales se dirige hacia el norte, mientras los aviones de guerra sobrevuelan Mekele, la capital de Tigray. El espacio aéreo se cierra al tráfico comercial e Internet se bloquea en la región. Posteriormente se cerrarán los bancos. Si bien la comunidad internacional muestra su profunda preocupación por el estallido del conflicto llamando a un mayor esfuerzo de diálogo y a la estabilidad, para sorpresa de todos, la administración de Joe Biden (con la oficial de alto estado Samantha Powers a la cabeza, una vieja amiga del TPLF) impone sanciones económicas a Etiopía y Eritrea y varios países imponen un embargo de armas al recién gobierno democrático.
10. La guerra no solo sucede en el campo de batalla, sino también en las redes sociales. El TPLF propaga a los cuatro vientos que el ataque sufrido en la base militar había sido inventado por el gobierno etíope para justificar su intervención militar y que habían sido “invadidos” aunque estaba fuertemente armado y acumulaba el 80% del arsenal etíope en su territorio. Pronto hacen popular el hashtag de genocidio de Tigray y se retratan como mártires. Según una entrevista al general Tsadkan Gebre Tensai (TPLF) querían defenderse de un inminente ataque del gobierno, pero hay varios documentos que prueban que meses antes del ataque ya hablaban de ello así como documentos que prueban que tanto los simpatizantes del TPLF en la diáspora como en Etiopía celebraban una inminente victoria. Lo que el gobierno etíope no entiende es por qué la prensa internacional otorga la misma autoridad al Primer Ministro etíope que al líder del TPLF Debretsion Gebremichael y a su portavoz Getachew Reda. Aunque hay varios periodistas occidentales con larga trayectoria profesional apoyando a la Etiopía de Abiy (Jon Abbink, Jeff Pearce y Lawrence Freeman, por ejemplo), en varios medios se pinta al pobre TPLF (David) contra Goliat (el gobierno etíope).
11. Mientras Abiy insiste en su idea de una guerra rápida en la que sus enemigos están a punto de caer, sobre el terreno las cosas parecen complicarse. El TPLF lanza misiles a la región de Amhara y Eritrea (estaban armados hasta el tuétano), al mismo tiempo que propaga sus victorias militares en las redes sociales y acusa al Ejército federal de bombardear “objetivos civiles inocentes”, como iglesias y casas particulares. Abiy asegura a golpe de tuit que su campaña avanza bien y que es en pro de la justicia y el Estado de derecho.
12. El 9 de noviembre de 2020 tiene lugar una masacre en Mai Kadra en la que fuerzas leales al TPLF asesinan con machetes y cuchillos a decenas de civiles amhara por su pertenencia étnica que no guardaban ninguna relación con el conflicto. Es un punto de inflexión. Un enorme flujo de refugiados se desplaza hacia la vecina Sudán.
13. Abiy Ahmed lanza un ultimátum de tres días a los líderes del TPLF para que depongan las armas (24/11/20) y asegura que un gran número de milicianos tigray se estaba rindiendo. Cree que el conflicto está a punto de terminar. Sin embargo, el TPLF declara que van a luchar hasta el final. En Adís Abeba empiezan las detenciones de simpatizantes del TPLF y se producen registros en los que se encuentran armas. “La última puerta para una salida pacífica se ha cerrado por la arrogancia de la junta (TPLF). Si hubieran elegido rendirse pacíficamente, la campaña hubiera terminado con un mínimo de daños”.
14. Empieza la ofensiva (26/11/20) en Mekele, capital de Tigray, y Abiy pide a la comunidad internacional que se abstenga de todo acto de interferencia y que respete los principios fundamentales de no intervención recogidos en el derecho internacional. La comunidad internacional y el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU expresan su preocupación por esta ofensiva sobre Mekele, con medio millón de habitantes, e instan a ambos bandos a respetar a los civiles.
15. En su avance desde el noroeste, las Fuerzas Armadas van liberando una tras otra las principales ciudades de Tigray, desde Humera hasta Idaga Hamus pasando por Shire, Aksum, Adua y Adigrat. El objetivo del Gobierno era capturar y llevar a juicio a las autoridades regionales, a las que acusa de alta traición.
2021
17. En diciembre de 2020 Médicos Sin Fronteras (MSF) entra en Tigray y se hace cargo de algunos hospitales. Una cooperante española, María Hernández, fue asesinada (24/6/21) junto a dos compañeros etíopes en un ataque al vehículo en el que viajaban. Según el gobierno, en un ataque del TPLF.
18. Recuperada Mekelle, en junio de 2021, el Gobierno etíope decreta el alto el fuego “unilateral e incondicional” para salvar la temporada agrícola y para que la ayuda humanitaria pueda ser distribuida. El TPLF lo vende en redes como que ha recuperado el control de su capital regional. Los principales cabecillas del TPLF logran escapar y organizarse en las montañas empezando la típica guerra de guerrillas. Durante el conflicto, el TPLF se hace con varios camiones de la ONU (UN WFP) destinados a la ayuda humanitaria que son utilizados para transportar a sus miembros a las provincias vecinas de Amhara y Afar (se enviaron 466 camiones pero sólo 38 volvieron).
19. El TPLF produce otra matanza de 49 civiles entre los meses de agosto y septiembre en las ciudades de Chenna y Kobo, pertenecientes a la región de Amhara, ocupadas por ellos. El Ejército de Liberación Oromo (OLA, según sus siglas en inglés) firma una alianza con el TPLF en agosto y declara que se había hecho con el control de la ciudad de Kemise, a tan solo 325 kilómetros de Adís Abeba. El OLA es el brazo armado del Frente de Liberación Oromo (OLF-Shene), organización oromo declarada grupo terrorista (1/5/21) junto con el TPLF por el Gobierno central con muchos de sus líderes encarcelados. El gobierno regional de Amhara pide a sus funcionarios que se alisten a luchar contra los rebeldes e insta a los ciudadanos a que pongan sus vehículos a disposición del Ejército. Naciones Unidas pone, por fin (28/06/21), el grito en el cielo de que la violencia del TPLF ha escalado en violencia y han usado niños soldado, perpetuado masacres civiles, tortura y violaciones, quemando casas y cosechas y haciendo sabotaje a las comunicaciones y transportes (incluyendo ayuda humanitaria).
19. Las elecciones generales, regionales y municipales (inicialmente programadas para el 29 de agosto de 2020) tienen lugar el 21 de junio y el 30 de septiembre de 2021. Gana las elecciones el Partido de la Prosperidad (formado por la coalición de tres de los partidos, Amhara Democratic Party (ADP), Oromo Democratic Party (ODP) y Southern Ethiopian People’s Democratic Movement (SEPDM), que formaban parte de EPRDF, disuelto el 1/12/19 después de haber gobernado desde 1991. Recordamos que el cuarto partido, TPLF, no había querido unirse. Los dos grandes partidos “nacionalistas” de la región de Oromía, el OFC y el OLF, boicotean los comicios en protesta por el encarcelamiento de sus líderes (Bekele Gerba y Jawar Mohammed seguían en la cárcel desde 30/09/20). La victoria fue para el PP con mayoría absoluta (483 de los 547 escaños) y Abiy fue nombrado Primer Ministro (4/10/21) por un periodo de cinco años. La Unión Africana supervisó las elecciones . Los observadores europeos fueron invitados, pero rechazaron participar por tiquismiquis.
20. A principios de noviembre de 2021 el TPLF anuncia que avanza hacia posiciones más cercanas a la capital como las ciudades de Dessie y Kombolcha, situadas en la región Amhara a unos 380 kilómetros de Adís Abeba, en un cruce de caminos estratégico entre el norte y el sur del país. La embajada estadounidense les cree y moviliza a su personal para salir del país. Otras embajadas siguen sus pasos, aunque el gobierno desestima esas falsas victorias y llama a la normalidad asegurando que los combates prosiguen. Adís Abeba declara el estado de emergencia en todo el país (2/11/21). También se producen detenciones de ciudadanos de Tigray que viven en la capital ante sospechas de “colaboración con banda armada” aunque la mayoría de los detenidos son puestos en libertad. Amnistía Internacional (AI) y otras organizaciones de derechos humanos declaran que son ilegales porque se llevan a cabo sin cargos concretos y sin posibilidad de acceso a un abogado, aunque según el gobierno “no tienen como objetivo ningún grupo de personas en particular en razón de su identidad étnica, los arrestos se basan en pruebas y testimonios creíbles” y tienen el amparo del estado de emergencia (el TPLF y OLA son considerados grupos terroristas). Las autoridades de Adís Abeba también piden a los vecinos que se organicen en los barrios para defenderse y les dan dos días de plazo para registrar sus armas. Algunos miembros de Naciones Unidas también son detenidos y expulsados del país. En la prensa occidental se hicieron paralelismos fáciles entre la marcha del TPLF en 1991 y después de la caída de Dessie, obviando que 2021 no es 1991 ya que 1) en aquellos tiempos, el TPLF tenía el apoyo y colaboración del Eritrean People’s Liberation Front que quería la independencia, ahora son enemigos acérrimos; y 2) entonces los amharas les pusieron la alfombra roja porque llevaban años sufriendo el gobierno del DERG. El conflicto se lee en términos geopolíticos a partir de noviembre, especialmente desde que aparece un vídeo con varios diplomáticos occidentales buscando un relevo para Abiy («¿Qué hay detrás de todo esto?» «¿Está EE.UU luchando por mantener su poder en el Cuerno de África?»).
21. El Ejército etíope, comandado en persona durante dos semanas por el primer ministro, Abiy Ahmed, con la milicia amhara Fano, logra recuperar el control de varias ciudades (Dessie, Kombolcha, Chifra, Hamusit e Istayish) en manos del TPLF. Mientras el Gobierno etíope asegura que se trata de una “humillación” infligida al enemigo, el TPLF explica que la situación responde a “un repliegue táctico”. Abiy retoma sus funciones de primer ministro tras dos semanas en el frente aunque reconoce que “la guerra no ha terminado” y que hay zonas que no han sido liberadas.
La comunidad internacional trata de buscar una salida negociada al conflicto. Jeffrey Feltman, enviado especial de Estados Unidos para el Cuerno de África, comienza una nueva gira que incluye a Emiratos Árabes Unidos, Turquía (proveedores de armas al Ejército) y Egipto (supuestamente del lado del TPLF).
22. Ayer día de Navidad, varios líderes políticos encarcelados, entre ellos Jawar Mohammed, fueron puestos en libertad. Las redes están que arden. De momento no entendemos nada. Los activistas piden calma (@ObangMetho, @HermelaTV, etc.)
Opinión de algunos de mis amigos etíopes
A lo mejor te interesa leer algunas opiniones de mis amigos etíopes. No pongo su nombre para no comprometerlos. Decir que hace ocho años y medio cuando llegué a este país nadie hablaba de política y ahora casi que tienes que cambiar tú de tema ;).
T. Yo no creo en política ni en religión. Es lo mismo. Prefiero hablar de fútbol. Mira, en mi kebele, los que antes se ponían la camiseta del TPLF ahora se la ponen de Abiy. Pero son los mismos. Antes venían a mi casa a decirle a mi madre a quién tenía que votar y a que nos convenciera a nosotros. Yo paso. Antes no votaba. Esta vez he votado por Abiy y no me gusta. Yo creo que lo que necesitamos nosotros es agua y luz, no parques. Me acuesto a veces a las once o las doce de la noche para llenar los depósitos de agua. Ni una gota en todo el día. Me levanto a las 6, trabajo duro. No me quejo, muchos de mis amigos no tienen trabajo y solo mascan chat. Yo no tengo vicios. El café. La cerveza. El cura es igual, viene a mi casa a decirle a mi madre lo que tiene que hacer. Cuando lo veo entrar, me largo inmediatamente. Ellos no lo saben, pero a mi madre le gustaba Mengistu. Los de DERG le dieron a mi madre la tierra que tenemos y le enseñaron a leer. Pero da igual, si vienen los del kebele a decirle que vaya a la manifestación para apoyar a Abiy, ella va y aplaude, si luego vienen otros, pues irá con otros. Lo importante es vivir, tener trabajo, comer, poder ducharte. A mí el cura no me tiene que decir en qué tengo que creer. Yo soy de Santa María y de San Miguel. En los demás no creo. Mi madre y Santa María son lo máximo. Las dos, esta (señala el cielo) y esta (señala el corazón) me protegen. Y todo lo bueno me ha pasado en San Miguel. Yo soy etíope, solo etíope. De Addis, baka (basta). En mi carnet de identidad me pusieron que era gurage. Me gusta la carne cruda, será por eso. Solo hablo amariña. Voté por Abiy porque cree en la unidad de Etiopía. Juntos mejor.
T. Mi madre es de Adigar (Tigray). Mi padre era amhara. Yo soy etíope. Solo etíope. Mi marido es de Gojjam. Puro amhara. Toda su familia es de allí. Campesinos. Él fue el primero que estudió y vino a la capital. Cuando llamamos por teléfono a la familia de mi madre, están llenos de odio, el TPLF siempre ha tenido una retórica antiamhara y victimista. Nada más llegar al poder, en 1993 despidieron a más de 43 profesores titulares y asociados en la universidad, la mayoría amhara. Ya sabes que han cerrado la Academia de la Historia. Desaparecieron las editoriales. A mi madre, claro, le da todo mucha pena, pero ella se ha criado aquí y ve las cosas de otra manera. Nosotros somos ortodoxos. Eso nos salva. Lo demás no importa. Mi cura no me dice lo que tengo que hacer. En lo de la vacuna sí que nos dijo un poco, pero no le hicimos caso, nos hemos vacunado. Hemos tenido covid. Yo tenía mucho miedo, pero no me pasó nada. Somos modernos, creemos en la ciencia. Hemos votado a Dr. Abiy porque es el mejor, quiere cambiar las cosas, prosperidad, unidad. Queremos paz ante todo, por eso rezamos y ayunamos. Baka. #NoMore
A- Yo estoy con Abiyye (forma afectuosa de llamarle) al 100%. Ganó las elecciones. Él tiene otra visión para Etiopía y para África. Su agenda no era esta, pero los del TPLF y EE.UU no le han dejado. Les hace sombra, es un visionario, un líder, tiene carisma, es nuestro Mandela. Él quería industrias, crear puestos de trabajo, desarrollar la agricultura, prosperar, ese es su lema. Quiere hacerlo a su manera, a la manera etíope, africana. El TPLF siempre hizo lo que querían los americanos, no importa que fueran marxistas-leninistas, si los americanos les pedían invadir Somalia, ellos a Somalia. Se metieron en el lío de Sudán. Los americanos han creado el caos en África, antes fueron los europeos con la colonización. Abiyye quiere crecer con África, que no dependamos de unos y otros. A lo mejor nos tenemos que equivocar. La historia está llena de errores de los europeos y los americanos, hasta de los rusos… Ahora nos toca a nosotros equivocarnos, aprender, decidir, hacer las cosas a nuestra forma. Necesitamos a los chinos y los chinos nos necesitan. No te intentan vender la moto de que lo suyo es mejor, al menos de momento. Quieren comerciar, desarrollarse. El mundo tiene que cambiar, el pastel no es siempre para los de siempre. Con lo que cuesta un tren alemán, podemos tener tres chinos. A lo mejor no funcionan tan bien ni son tan seguros, pero nos llevan adonde queremos ir. Aprenderemos a hacer mejores trenes, los chinos y nosotros, trenes africanos, medicinas africanas, ropa africana, todo africano. Abiy es panafricanismo, anticolonialismo, es esperanza, es democracia, es paz y desarrollo para los nuestros. Lo va a conseguir. Soy optimista. ¿Cuántos parques teníamos antes de Abiy? Cero. Ahora: Entoto, Unity, Friendship, Sheger… Y la biblioteca, ¿qué te parece nuestra biblioteca? No hay otra igual en África. Hay que dejar que gobierne, que siga haciendo cosas.
E- No he votado. Me gusta Abiye porque es lo único que tenemos, pero no pienso mover un dedo por él ni por nadie. El día que me digan de luchar contra el plástico, contra el cambio climático, ahí estaré. En Etiopía tenemos una gran variedad de plantas, de pájaros, nadie lo aprecia, ni se fijan en eso. Solo la gente del campo sabe lo que tenemos, lo que es verdaderamente importante, miran al cielo. Tenemos una de las mejores dietas del mundo con una variedad de cereales: teff, sorgo, cebada, centeno, trigo… ¿quién tiene eso? Y legumbres, variedad de lentejas, habas… Comemos carne, sí, pero somos veganos la mayor parte del tiempo. Solo como carne orgánica. Soy ortodoxo porque son mis padres, fueron mis abuelos, mis tatarabuelos… Podría haber sido otra cosa, pero ortodoxo es mi forma de ser etíope. Está muy ligado. Santa María es todo para mí. Nuestra Madre. Los occidentales os habéis olvidado de lo espiritual, estáis estresados. Yo también, un poco. Quiero dejarlo todo, la ciudad, la enseñanza, no me creo nada. Quiero comprar un terreno fértil y cultivar mi comida, tener mis gallinas. No estoy vacunado de nada. Ni de covid ni de nada. Mi cuerpo es fuerte, no lo necesito. Confío en la naturaleza, en la humanidad, en los cuentos de los viejos, en nada más. La ceremonia del café nos lleva a pasar tiempo juntos, a hablar o no. A veces no es necesario tanto hablar. Hay que contemplar. Ahora tengo una novia faranji. Es una contradicción en muchos sentidos. Pero no sé, la atracción era muy fuerte e hice caso a mi cuerpo, a los sentidos.
S- Este es el gobierno de Etiopía, te guste o no. Es lo que los ciudadanos han votado. Hay que respetarlo. Tenemos un conflicto con un grupo terrorista. ¿Qué podemos hacer? El estado de emergencia es para luchar contra el terrorismo. Todos los estados lo hacen. Ellos atacaron primero, el TPLF convocó elecciones por su cuenta, atacó una base militar, llevaba armándose y orquestando esto desde hacía tiempo. Un golpe militar de este tipo no se prepara en dos días. Vieron que Abiy tenía palabra, que iba en contra de la corrupción, que liberaba a los presos políticos, hacía las paces con Eritrea (su enemigo, no el enemigo de Etiopía). No lo podían manejar a su antojo como hicieron con el anterior. Por eso hay que cortarles la financiación, hemos cerrado sus hoteles en Addis, congelado sus cuentas… Estamos pidiendo la documentación a los que son de origen tigray. Ha habido registros dentro de la ley. Les estaban apoyando desde Addis. Han encontrado armas y dinero negro. Durante casi 30 años han gobernado a sus anchas. Han robado, les han dado las becas a sus hijos. Y han sometido a su gente pobre lavándoles el cerebro. Si les daban una vaca, se la daba el TPLF, no el gobierno de Tigray o de Etiopía. Les han hecho pensar que eran superiores, más inteligentes y trabajadores que los demás etíopes. Su discurso es de odio, son colonialistas. Ellos no quieren separarse, quieren el poder de vuelta para seguir robando a su antojo. No tengo nada en contra de la gente de Tigray, es contra el TPLF. Ellos son víctimas igual que nosotros. Como pide nuestro Primer Ministro, resiliencia y unidad. Lo vamos a conseguir.
T- Soy etíope, claro, forma parte de mi identidad. Pero también soy mujer, feminista, musulmana, he estudiado fuera… y trabajo con discapacitados. Eso también es diversidad. Hay gente con otras capacidades, otros ritmos… mucho sufrimiento. En este país no se hace nada por la salud mental. Somos solidarios, eso sí. Quizás Abiy ha ido muy rápido, quiso hacer muchas reformas al mismo tiempo, pero es que lo necesitábamos. Pero no estamos acostumbrados a la democracia, a los cambios… pero no somos estúpidos tampoco, sabemos lo que queremos. Su discurso es conciliador. Yo nunca votaría a Jawar aunque sea musulmán. Abiy quiere una Etiopía unida dentro de la diversidad, diferentes pero etíopes unidos, estamos hartos de las disputas étnicas. Y eso no pasa solo aquí, en Europa, en otras partes de África. La diversidad es bonita, me gusta más que la homogeneización. Creo en la diversidad en muchos sentidos. El TPLF llevó una política de “divide y vencerás” para perpetuarse en el poder. Ellos no son los únicos, los líderes amara les han dejado estar ahí a cambio de favores. Todos tenemos trapos sucios. No somos un estado perfecto, ¿quién lo es?
W- Mi madre es ortodoxa y mi padre es musulmán. Durante el DERG hubo matrimonios mixtos. Para mí, mi identidad era definirme, si era cristiano o musulmán. Me hice ortodoxo. Mi padre no me habló durante un tiempo. Todo fue muy duro. Me cambié el nombre. Nunca me planteé que yo era amhara. Soy de Gondar, soy etíope. Para mi la etnia nunca ha sido un conflicto, ya he tenido bastante con lo otro. No voy a la iglesia ni ayuno cada semana. Pero estoy orgulloso de haber elegido la religión de mi madre. También respeto el islam, cuando es Ramadán, yo también ayuno, no me cuesta tanto. No somos muy diferentes, la verdad. Abiy es un poco de todas las religiones. Me parece honesto e inteligente. Habla tres lenguas e inglés, al menos ha hecho un esfuerzo para entender a los demás.
E- Yo soy oromo y soy etíope, los dos. Me gustan las dos culturas, nadie es mejor que nadie. Por mucho tiempo los oromos hemos luchado por nuestra lengua y nuestra cultura, porque nos tenían discriminados, como pastores, éramos considerados «de pueblo»… Nuestra lengua no es minoritaria, pero minorizada. Ya sabes, cuando eres profesora de lengua de amariña, amas la lengua que enseñas y su cultura, claro. No tengo problemas con eso. No quiero que muera ninguna lengua. Es un bien cultural. Abiy era de los nuestros, él peleaba en el parlamento regional para defender lo nuestro. Los kero fueron necesarios para que nos vieran, que supieran que íbamos en serio. Eran jóvenes, algunos violentos. No me gusta la violencia. Ese es el problema. Ahora hemos ganado, le hemos demostrado a la gente que podemos gobernar. El OLF le decía a nuestra gente que los amhara siempre nos habían gobernado, eso ha creado odio entre nosotros. Ahora tenemos un presidente oromo, no hay más razón para seguir luchando. Como dice Lencho (Bati), no puede ser personal. Que gobierne este y después ya veremos, dejemos que gobierne, que demuestre lo qué puede hacer. Pero no puede haber violencia, necesitamos paz. Dios nos va a ayudar.
H – Teníamos todo preparado para la campaña navideña y los faranji se largaron. Los mercados son nuestra principal fuente de ingresos. Somos artesanos. Durante muchos meses elaboramos productos para vender en Addis durante el mes de diciembre, vamos a todos los mercados (en el club de golf, en la escuela alemana, todos…). Los americanos se creyeron el discurso del TPLF y arrastraron a los demás faranji. Ese es el problema, que hablan con el TPLF y les dan crédito. Se creen que ya están ahí a 400 km, a 300 km, a 200 km, entrando por la puerta de su casa. Y están más preocupados por lo que le pueda pasar a sus perros que a la gente de Tigray. O de Amhara. O de Afar. Addis está igual que hace un año cuando estalló el conflicto. Son unos mentirosos el TPLF. Estaban acorralados y sabían que no iban a poder llegar a la capital, pero su estrategia es montar el caos, que el mundo se crea que esto es una guerra como en las películas. Es como en las redes sociales, al principio ganaron la batalla con el hashtag ese del genocidio, pero ya no, ahora con #NoMore estamos más unidos que nunca. No van a ganar la batalla ni en las redes ni en el campo. Ahora reclaman la historia como si nosotros no formáramos parte de ellos. ¿Quién peleó en Adwa? Wolaytas, Amharas… ellos estaban tan cómodos sentados en sus sillas.
M- ¿Tú sabes por qué está enfermo Biden, no? ¿Por qué perdió las elecciones en Virginia? No saben lo que se les avecina. Se pensaban que esto era cosa de cuatro días, cambiar de títere. Cuando el gobierno declaró el cese del fuego unilateral, el TPLF aprovechó para invadir Afar y Amhara. Se burlaron de Abiy. Ahora vuelven a estar en su sitio, por mí que se independicen. Aunque sale perdiendo la gente de Tigray, que son tan pobres como nosotros los amhara. Yo soy de otra época, estudié en Asmara, nadie me va a decir cómo son los eritreos y cómo era aquella época de hermandad. Las únicas elecciones que se celebraron abiertamente fueron las de 2005 en las que la oposición casi gana, ahí se asustaron y ya empezaron a armarse, son unos guerrilleros de tomo y lomo, se han entrenado con los mejores: los cubanos, los soviéticos y llevan años con los estadounidenses. La mayoría de la gente que conozco confía plenamente en nuestro ejército (Ethiopian National Defense Force) así como en las milicias de Afar o los fanno (guerrillas amharas). Y si es necesario volveremos a pedir ayuda a los eritreos. Somos hermanos. Somalia, hermanos. Sudán, hermanos. Yibuti, hermanos y Yemen, también. Todos hermanos. TPLF no. Tigray hermano. Tiene muchas presiones, los amhara hemos sufrido mucho, queremos que acabe con el TPLF de una. Los oromo le meten presión, quieren más derechos, brillar. Luego vendrán los de Afar, Somalia y otros a pedirle. Por no hablar de Egipto, nuestros hermanos coptos y musulmanes sometidos a los americanos por Israel. No sé si las negociaciones de Olusegun Obasanjo están detrás de la liberación de los presos de hoy. Espero que Abiy sepa lo que hace. No soy escéptico, la Historia lo dirá. #NoMore. Baka!























Una respuesta a “¿Qué es #NoMore?”
[…] el placer de disfrutar de dos de las muchas actividades culturales que se han organizado por la llegada de la diáspora a Etiopía. El sábado, un concierto magnífico de Girma Beyene en la sala African Jazz Village del […]